Retorno a París
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Amo tu alcohol y tus vicios suicidas
Te amo, aunque no sé amar
Estas lejos, aunque me mires a los ojos
Distante, aunque te siga mil días
Te amo porque tienes insomnio
En cantimploras guardo tus pasos
Amo cada parte y cada instante
Amo hasta tus putos pies
Si te preguntan en la calle por mí, di que no
Te quiero así, con sudor y deseo
- helado de chocolate y queso derretido -
Sin dar excusas
Mientras la adicción barata a tus formas se entrecruza en mis zapatos,
Quiero ser la gota vacía que se estrella en tu espalda;
El circuito escurridizo de tus labios
Y tú, y tú, y tú te ríes con gestos,
multiplicando mis llagas
Mis anhelos son destruidos por tu boca, perdidos por tus manos
Maldigo la causa / maldigo el efecto / maldigo tus mejores días,
Maldita la hora ácida en que se cruzaron los caminos
Porque la distancia es sólo el tiempo que demoro en llegar a ti
Estás tan cerca, en mis pensamientos; pero te alejas, y no te logro seguir
Tan lejos, tan cerca, tan indiferente, tan junto a tus propias aversiones; que no deseas volver
Te embriagas en necedad;
- el vaso caía entre plegarias que exigían sobriedad. El mundo giraba, lo podía sentir -
Te mataré. Te mataré hoy y siempre. Te mataré como me matas-
- vaso de leche, tostadas untadas en gin -
Quiero odiarte. Quiero tu sangre, tu sangre tiñendo los libros, destruyendo los versos
Besaré, besaré el relieve de tu tumba,
Con mis manos en la tierra húmeda, con mis rodillas en el pasto removido
- porque lloré la muerte de mi madre viva -
Te mataré, a pesar que sólo en tu frente brilla el sol.
Mi vida es de madera cíclica, que vuelve a sus nudos indestructibles,
Manchas groseras/poderosas de fibra/dolorosas malolientes;
Madera que regresa a sus propios nudos, que son vergüenza.
Partiré, partiré donde tu imagen sólo sea un eco olvidadizo,
Donde mi silueta gris no me podrá seguir;
Retornaré a París, donde tu nombre sabe a canción
Ed
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