Me voy a cambiar el sexo para no sentirme cochina al pensar en ti. Tomaré en mis manos tu nombre y lo presionaré contra mi pecho (que es tuyo). Dejaré mis faldas de montitas reprimidas y como putita tierna besaré tu cuello. Con lápiz negro dibujaré en mi cuerpo. Con tijeras arreglaré mi pelo. Con papelitos de colores haré tres máscaras, y al teléfono practicaré mi acento. En cajas negras guardaré mis sandalias y en una blanca la prestobarba. Con rojo pintaré mis labios, con peine floreado todas las noches me cepillaré. Tendré que olvidar algunas canciones, los chocolates y el rosado. Dejaré mis cremas en el suelo, sin mayor cuidado. Mi nombre lo escribiré al revés, y mi ginecólogo sabrá que desperté. Ahora cuido mis uñas con esmero (las he dejado crecer), combinan perfectamente con mi barba de hace un mes. (A veces, me maquillo al anochecer). Voy a escribir tu nombre con escarcha en la pared. Con pañuelos desechables haré cien flores (y colgarlas por doquier). Me voy a cambiar de sexo, así podremos ser como hermanas. Me voy cambiar el sexo, y así podremos ser como amigos. Ahora que soy chico, me dices que te gustaba como nena. Ahora que soy chica, me dices que eres gay.
Me cansé de oler tu ropa a escondidas y a mirarte de reojo. Con abrelatas partiría mi pecho, para sacarte de ahí. Dime si me amas tú también; dame una señal absurda, una llamada sin hablar.
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