y cuando tus hombres armados
-como ratasmaracas -,
rueden por el techo
y cuando pienses en plural
-tarareando sin desprecio-,
deja el tiempo pasar
y cuando mires esos minutos
-y aun quede ese espacio ciego-,
no me ignores más
cuando no sepas donde andar
siente mi voluntad tersa
dime que me extrañas
-pero jura que no dirás más-
Porque a pesar de que te quiero un mundo
me tiritan en tus piernas, esclavos de otra parte
Entre mis propias caras
-escondido-
fingiendo que soy aliado
-clandestino-
me miras, no me ves
-a tu lado-
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
Suscribirse a
Entradas [Atom]